miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cadáver XXX

El profesor fotografía minuciosamente los pezones.
El núcleo de la cebolla chorrea tortilla de patatas con mayonesa.
El fonógrafo aviva el ombligo.
La cámara hace llorar a la Edad Media.
Los melones vagan tétricamente por la escápula.
Las brujas practican la autopista.
La leche reproduce a los enanitos.
El mundo come fitofílicos.
El mercurio fluye de la hoguera.
El alma retorna choricescamente la discografía.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Plan de fuga

Comenzaba el plan de fuga. No nos importaba nada, ni la forma, ni el método, ni las víctimas, ni las consecuencias. Tan solo teníamos fijado un objetivo: escapar.
He aquí el quid de la cuestión: ¿qué hacemos, nos vamos o nos quedamos? ¡Pues nos vamos! Y justo cuando nos íbamos… aparece el jefazo y nos funde.
Nosotros lo que queríamos fundir era la llave de luz que abría la puerta de esta cárcel. Impossible: Fracaso absoluto.
Tras el lamentable intento, tratamos de huir por una puerta trasera, aún con el riesgo de encontrarnos con el guardián de ésta. Fuimos corriendo, evitando ser oídos, hasta que llegamos a dicho lugar. Se rumoreaba que allí había caído un superior. Unos decían que le explotó una bomba, otros que murió de un dolor de muelas, pero lo más probable era que le hubiese dado un infarto.
Aunque a nosotros esto nos da igual. Lo importante es que estamos aquí, restaurando el plan de fuga… Pasemos al plan b.
Podemos coger al tonto del conserje y secuestrarlo, coger la llave y escaparnos.
O le decimos al de la barba amarilla que vaya a afeitarse con el de la barba negra y cuando estén despistados en plena faena nos vamos. Después de enfrentarnos al mismísimo asesino de El Resplandor no tememos a nada.
Pero ahora solo nos queda esperar y pedir auxilio. ¡Sálvennos de la ignorancia!
PD: Así se pasó el tiempo y el aburrimiento, pero al final nos fuimos con una pequeña satisfacción: conseguimos huir dos segundos antes de que tocara la sirena.